LA MISTERIOSA MUERTE DE UNA MUÑECA
MIAMI.- JonBenet Ramsey tenía apenas seis años cuando murió, pero ya entonces era una seductora incorregible. Su pelo rubio primorosamente arreglado, sus intensos ojos azules y su sonrisa pícara embelesaban a los jurados de los concursos de belleza infantil a los que su madre la arrastraba. En los meses previos a su asesinato, fue sucesivamente proclamada Little Miss Colorado, America s Royale Miss y National Tiny Miss Beauty. Había nacido en Atlanta el 6 de agosto de 1990 y vivió hasta el 26 de diciembre de 1996. Por lo menos seis niños son asesinados todos los días en los Estados Unidos, pero JonBenet era un caso especial. Una muñeca de bucles dorados, criada en un hogar privilegiado de Boulder, Colorado, donde su padre era un empresario con avión privado y su madre, una ex reina de belleza. Estaba el video donde JonBenet aparecía vestida como una corista, cantando con su vocecita diminuta, y estaban, además, las extrañas circunstancias de su violación y asesinato, que convertían a toda la historia en un misterio digno de Agatha Christie. El cuerpo de JonBenet fue descubierto por su padre en el sótano de la casa, ocho horas después de haber denunciado su desaparición. Había sido estrangulada y tenía el cráneo fracturado y visibles signos de violación. Había una ventana rota, pero la abertura parecía insuficiente para permitir el ingreso de un intruso. No había huellas en la nieve, junto a la ventana, y se presumía que el asesino debía conocer el plano de la casa para poder moverse del dormitorio de JonBenet al sótano sin ser detectado. Se encontró una nota de rescate, que, según la policía, había sido escrita en papel de los Ramsey, con una de las lapiceras de la madre. La nota demandaba 118.000 dólares, una suma que casualmente correspondía al bono anual del padre de JonBenet. "¿Quién mató a JonBenet?", preguntaban los titulares de los diarios, mientras la televisión pasaba hasta el cansancio los videos donde la pequeña princesa rubia actuaba la vampiresa sexual. Día tras día, durante los primeros meses y con esporádica persistencia en los diez años que siguieron, la prensa mantuvo la historia viva, internándose en interpretaciones cada vez más estrafalarias. "Paraguas de sospechas" En el camino, los Ramsey debieron lidiar no sólo con el dolor de la pérdida, sino con la atmósfera generalizada de sospecha que se levantó en torno de ellos. Se dijo que fue el padre, luego la madre, luego el hermano y, finalmente, que todos estaban metidos en la conspiración. En abril de 1997, el fiscal admitió que toda la familia se encontraba "bajo un paraguas de sospecha". Sólo en marzo de 2003 un juez federal concluyó que las evidencias indicaban que el asesino había sido un intruso y en junio del año siguiente, el análisis del ADN del material genético hallado en la ropa interior de JonBenet exoneró a todos los sospechosos. Entretanto, la historia fue tema de media docena de documentales y decenas de libros, incluyendo uno escrito por los padres de JonBenet y titulado "La muerte de la inocencia". Inesperadamente, esta semana, la historia volvió a actualizarse cuando John Mark Karr, un maestro de 41 años con un historial de pedofilia, fue detenido en Bangkok, Tailandia, después de haber confesado la autoría del crimen. "Fue un accidente", declaró. "Yo amaba a JonBenet." Por un momento, pareció que el misterio se esclarecía y que todas las piezas caían, por fin, en la ranura. Pero pronto las incongruencias comenzaron a ganar a las certezas. La ex esposa de Karr desmintió a su ex marido, afirmando que habían estado juntos el día del asesinato de JonBenet y muchos se asombraron de que Karr llamara "accidente" a un episodio de estrangulación y feroz mutilación craneana. Después de que, durante 72 horas, el Líbano, la guerra en Irak y el juez que declaró ilegal las escuchas del gobierno fueran desplazados de los noticieros de televisión por la frenética cobertura del caso JonBenet, una inquietante atmósfera de incertidumbre descendió sobre el planeta mediático. Ya nadie estaba seguro y algunos en el FBI se preguntaban si no le habían pagado a Karr un pasaje gratis de regreso a casa más los 15 minutos de celebridad. La única certeza yacía en el cementerio de Marieta, Georgia, donde el cuerpito de JonBenet Ramsey fue depositado vestido con su ropa de concurso, una tiara en el pelo y un osito de peluche entre los brazos.
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