lunes, septiembre 04, 2006

CAZADOR DE COCODRILOS


Steve Irwin, el "Cazador de Cocodrilos" que también convivió con la polémica
El famoso animador australiano, que murió hoy picado por una mantarraya, fue duramente cuestionado hace dos años, cuando alimentó a un cocodrilo de 4 metros mientras tenía a su hijo de un mes en brazos. Luego se alejó por un tiempo de la TV. En otra oportunidad debió afrontar un juicio.



La muerte del famoso animador australiano Steve Irwin a los 44 años, que fue picado por una raya mientras grababa una secuencia para televisión, conmocionó a su país. El ambientalista se convirtió en un famoso personaje de TV en todo el mundo durante la década del 90, cuando protagonizó la serie "Cazador de cocodrilos", que trasmitía el canal Animal Planet. Sin embargo, su pasión por los animales y la vida salvaje lo llevó, en algunas ocasiones, a protagonizar situaciones que desataron polémica. Tal vez la más recordada sea la ocurrida dos años atrás, cuando grabó una escena en la que alimentaba con una mano a un cocodrilo de 4 metros de largo mientras con el otro brazo sostenía a su hijo de apenas un mes. En aquel entonces, hasta sus más fieles seguidores lo cuestionaron. Luego de este episodio, Irwin decidió alejarse por un tiempo de las cámaras. En ese mismo año, el ambientalista salió invicto de un tribunal que lo acusó de haber alterado la vida animal al jugar con ballenas y pingüinos durante la filmación de un documental en la Antártida. Irwin heredó de su padre su amor por los reptiles. Bob Irwin era el propietario de una granja de cocodrilos en la Sunshine Coast, del estado australiano de Queensland. En esa zona, Irwin hijo fundó un zoológico, en el que además vivía. También había creado una fundación para la preservación de la fauna salvaje, "Wildlife Warriors Worldwide", y patrocinado un hospital para animales silvestres. Según la página web del canal Animal Planet, al ser entrevistado sobre si alguna vez había sido lastimado por un animal, Irwin respondió: "Muchas veces. Cocodrilos, lagartos, caimanes y cientos de serpientes. Todos ellos tienen un pedacito de mí". "He tenido muchos encuentros peligrosos, pero son realmente muy numerosos como para mencionarlos", agregó. Irwin estaba casado y tenía dos hijos, de dos y ocho años.